El miércoles tuve la tarde libre para acercarme a pescar un rato. Tarde cálida, nublada y con el agua casi en 15 grados. La cosa prometía, sobre todo viendo que se empieza a animar por las aguas más al norte donde comienzan a salir algunos robalos tras el desove. Como el mar estaba muy planchado probé primero un par de horas de pesca a fondo para hacer tiempo hasta el atardecer y darle al spinning. Nada más llegar picaban muy bien aunque la mayoría de talla pequeña por lo que devolví bastante pescado, al final me quedé con unos buenos sargos y alguna doncella. Al atardecer me fui a zonas lubineras y aunque el mar estaba muy calmado probé en varias puestas buenas y ni picada, tras otras dos horas intentándolo finalmente desistí. De momento está la cosa complicada. Mi fé flojea. Pero seguiremos insistiendo.